La Corte Suprema de Estados Unidos dictaminó este jueves que los colegios y universidades ya no pueden tener en cuenta la raza en el proceso de admisión. Así se pone fin a las políticas de acción afirmativa o, también llamadas, de racismo inverso en el sector educativo con el argumento de que violan la Constitución estadounidense, que prohíbe cualquier discriminación racial.
El proceso jurídico empezó en 2014, cuando un grupo de estudiantes que lucha contra el uso de las preferencias raciales, Students for Fair Admissions, demandó a la Universidad de Harvard y la Universidad de Carolina del Norte (UNC, por sus siglas en inglés) por las «prácticas de admisión discriminatorias». El grupo acusó a Harvard de asignar a los estudiantes asiático-estadounidenses calificaciones más bajas que a otras razas y de limitar el número de solicitantes admitidos de esta raza. La UNC, por su parte, se enfrentó a acusaciones por ignorar las alternativas neutrales en cuanto a raza disponibles para lograr la diversidad entre su alumnado.
A diferencia de otras instituciones estadounidenses, a los colegios y universidades se les ha permitido oficialmente clasificar a los solicitantes por raza desde 1978, lo que fue de nuevo confirmado por la Corte Suprema en 2003.
Seis de los nueve jueces del Tribunal apoyaron la decisión en el caso de la UNC, con tres oponiéndose. Mientras tanto, en el caso de Harvard, los mismos seis jueces votaron a favor, dos votaron en contra y la jueza Ketanji Brown Jackson se recusó de esta disputa. El presidente de la Corte Suprema, John Roberts, se unió a la opinión mayoritaria, a la que se sumaron los jueces Clarence Thomas, Samuel Alito, Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y Amy Coney Barrett.
«Los programas de admisión de Harvard y UNC no pueden reconciliarse con las garantías de la Cláusula de Igual Protección», declaró Roberts. «Ambos programas carecen de objetivos suficientemente centrados y mensurables que justifiquen el uso de la raza, emplean inevitablemente la raza de manera negativa, implican estereotipos raciales y carecen de puntos finales significativos. Nunca hemos permitido que los programas de admisión funcionen de esa manera, y no lo haremos hoy», agregó.
El presidente del Tribunal señaló que los estudiantes deben ser evaluados basándose en sus experiencias como individuos, y no por su raza, añadiendo que muchas universidades «concluyeron, erróneamente, que la piedra de toque de la identidad de un individuo no son los desafíos superados, las habilidades desarrolladas o las lecciones aprendidas, sino el color de su piel».
Una de los jueces que se opuso a la decisión, Sonia Sotomayor, afirmó que la opinión mayoritaria «no estaba basada en la ley ni en los hechos y contraviene la visión de igualdad incorporada en la Decimocuarta Enmienda (que garantiza la protección legal igualitaria a los estadounidenses)».
«Hoy, esta Corte se interpone en el camino y hace retroceder décadas de precedentes y avances significativos. Sostiene que la raza ya no puede utilizarse de forma limitada en las admisiones universitarias para lograr tales beneficios críticos», indicó, agregando que la decisión tomada «consolida una norma superficial de daltonismo como principio constitucional en una sociedad endémicamente segregada en la que la raza siempre ha sido importante y sigue siéndolo».
Ambas universidades negaron haber discriminado a los solicitantes asiático-estadounidenses, informó CBS. Además, el rector de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, Kevin Guskiewicz, aseguró que la institución tomaría todas las medidas necesarias para cumplir con la decisión de la Corte. «Carolina mantiene su firme compromiso de reunir a estudiantes con talento y con diferentes perspectivas y experiencias vitales y sigue haciendo accesible una educación asequible y de alta calidad a la población de Carolina del Norte y de fuera de ella», sostuvo.
Los altos funcionarios de Harvard reiteraron su compromiso de seguir implementando la política de diversidad, que consideran «esencial para la experiencia académica». «En las próximas semanas y meses, aprovechando el talento y la experiencia de nuestra comunidad de Harvard, determinaremos cómo preservar, en consonancia con el nuevo precedente del Tribunal, nuestros valores esenciales», proclamaron.
El presidente de EE.UU., Joe Biden, afirmó este jueves que la Corte Suprema «no es una corte normal» y criticó su decisión. «No podemos permitir que esta decisión sea la última palabra. Aunque la Corte puede tomar una decisión, no puede cambiar lo que representa América», señaló. Biden se dirigió a las instituciones educativas diciendo que «no deben abandonar su compromiso de garantizar un alumnado de procedencias y experiencias diversas que refleje toda América».
La Administración del presidente publicó la lista de medidas en respuesta a la decisión de la Corte, que incluye, entre otras disposiciones, proponer un nuevo estándar de selección de estudiantes para colegios y universidades, publicar un informe sobre estrategias para aumentar la diversidad en las instituciones educativas y aumentar la transparencia en las prácticas de inscripción y admisión universitaria.
LB / ART
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