El alcalde Harold Washington, quien lideró Chicago (Estados Unidos) del 29 de abril de 1983 al 25 de noviembre de 1987, declaró a la ciudad como santuario en 1985. En su mandato pidió que los funcionarios locales no negaran los servicios, ni indagaran o enjuiciaran a las personas por el estatus migratorio. Sin embargo, actualmente, la conocida «Ciudad de los vientos» enfrenta varios problemas con la ola de migrantes, la mayoría venezolanos que llegaron principalmente desde Texas. Ante el panorama encontrado, muchas familias han decidido regresar a su país de origen.
Desde el 31 de agosto de 2022, Texas, gobernado por el republicano Greg Abbott, comenzó a transportar a los migrantes en autobuses rumbo a Chicago, de acuerdo con un reporte oficial del gobierno local. «Si bien la mayoría de los solicitantes de asilo son de Venezuela, las personas y familias también provienen de todo el mundo, incluidos países de África, Europa y Medio Oriente», se lee en la información del Ayuntamiento: «Como ciudad, tenemos la responsabilidad de brindar acceso a refugio, alimentos y atención médica a todos, independientemente de su estatus migratorio». Tan solo en julio del año en curso, Texas transportó en ómnibus a más de 11.000 personas a Chicago.
Uno de los retos que las autoridades de Chicago enfrentan actualmente es la protección de los migrantes del frío invernal que acecha a la ciudad. En los primeros días de noviembre, muchas familias tuvieron que ser trasladadas de las calles al sótano de la Iglesia Luterana del Buen Pastor para evitar que sus vidas estuvieran en peligro, según dio a conocer NBC News. A su vez, el alcalde Brandon Johnson propuso utilizar tiendas de campaña especiales para el clima y abrir más refugios que protejan a migrantes que actualmente están en el piso de las estaciones de policía. Estas escenas desalientan a algunos recién llegados.
Michael Castejón, un migrante que viajó de Venezuela a Chicago acompañado de su familia, dijo que estaba mejor en su país de origen, en un reporte del Chicago Tribune. «El sueño americano ya no existe», comentó y añadió: «Aquí no hay nada para nosotros». Su familia no ha logrado tener acceso a la educación escolar ni a un empleo. «Es mejor que me vaya. Al menos tengo a mi madre en casa». Y agregó: «No sabíamos que las cosas serían tan difíciles. Pensé que el proceso era más rápido».
Un informe de Daily Mail detalla que la familia Castejón alquilaba un departamento a través de un programa de vales que otorga hasta US$15.000 por hasta seis meses de asistencia, pero que cuando se terminó el plazo, sus integrantes tuvieron que salirse del inmueble. El padre logró una contratación en un negocio de construcción y aunque le pagaban en efectivo, no era suficiente para mantener a su familia, en tanto que una de sus hijas no pudo encontrar un lugar en una escuela para seguir con sus estudios.
Además de los miles de migrantes que llegan a Chicago en busca de protección, la ciudad de Illinois registra más de 68.000 ciudadanos que no tienen hogar, indica Fox News. A medida que la crisis migratoria empeora, los líderes locales han comenzado a debatir el estatus de Chicago como una «ciudad santuario». «Estamos gastando mucho dinero todos los días», declaró recientemente el concejal del noveno distrito, Anthony Beale: «Creo que hasta 40 millones de dólares al mes, damas y caballeros».
LB | La Nación de Argentina
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