La Policía de Kenia reportó que 39 devotos de un culto cristiano murieron de hambre “voluntaria”, porque creyeron que de esa forma irían al cielo, siguiendo las órdenes del líder de un culto que incitaba a sus seguidores a renunciar por completo a la comida y al agua, además de sacrificar a sus hijos para poder encontrarse con Jesús.
Este domingo se realizó el hallazgo de 18 cadáveres de las víctimas, en la propiedad del líder de la Iglesia Internacional de las Buenas Nuevas, Paul Mackenzie, por lo que fue detenido por incitar a las personas al su1cid1o.
Se conoció que a finales de marzo dos niños fueron encontrados muertos, luego de ser asfixiados por sus padres y después de haber sido privados de comida, por lo que la policía vinculó el crimen a Mackenzie y fue capturado; no obstante, fue puesto en libertad bajo una fianza de 700 dólares, pero volvió a ser detenido el 15 de abril tras descubrirse los cadáveres de cuatro de sus seguidores.
Mackenzie fundó su Iglesia en la ciudad keniana de Malindi, hace años e inculcó a la gente que las escuelas y los hospitales eran demoníacos. También decía a sus fieles que debían ayunar día y noche.
De acuerdo a las autoridades de Kenia, al pastor lo arrestaron varias veces por lavar el cerebro a niños para que se unieran a su secta; cerró en 2019 y se trasladó a una remota comuna de Shakahola, en el condado de Kilifi, a unos 400 kilómetros al sureste de Nairobi.
Ahora sus seguidores voluntariamente van a un bosque situado allí, donde se privan de comida y agua para posteriormente morir por inanición; mientras un grupo de cómplices del pastor entierra sus cadáveres a cambio de dinero que las propias víctimas pagan por adelantado.
Fuente: LB/ Agencias
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