La compañía de fabricación de aviones Boeing ha solicitado a todas las aerolíneas que operan su modelo 787 Dreamliner que realicen una revisión exhaustiva e inspeccionen los interruptores de la cabina. Esta solicitud se produce después de que se haya conocido la posible causa del accidente ocurrido durante un vuelo de LATAM esta semana.
Según informó The Wall Street Journal, el incidente se desencadenó debido a la imprudencia de una azafata que estaba sirviendo comida a los pilotos. Al parecer, la azafata apoyó su codo sobre un interruptor ubicado en el asiento que estaba suelto o desprendido, lo que provocó su activación y movió electrónicamente el interruptor hacia adelante. Esto llevó a que el capitán fuera empujado contra la palanca de mando y la presionara, desconectando la función de piloto automático. Como resultado, el avión experimentó una brusca caída en el aire y 50 pasajeros resultaron heridos.
La descripción de los hechos coincide con los primeros indicios considerados por la Junta de Seguridad encargada de la investigación, que sostienen que el movimiento del asiento fue provocado por el piloto aunque no intencionalmente.
Expertos en seguridad aérea han advertido sobre la necesidad de tomar medidas después de este incidente, ya que podría haber sido catastrófico. Mary Schiavo, ex inspectora general del Departamento de Transporte de Estados Unidos, comentó que cada vez que un avión pierde el control debido a la desconexión de los instrumentos durante el vuelo, podría haber una pérdida catastrófica del avión y de vidas.
Mientras continúan las investigaciones, las críticas hacia Boeing por los recientes accidentes en los que se ha visto involucrado no cesan. Desde el inicio del año, la compañía ha perdido un 27,33% de su valor bursátil y existe la posibilidad de que esta cifra aumente si continúan ocurriendo este tipo de incidentes.
Además del incidente con el modelo 787 Dreamliner, otro avión de la empresa modelo 777, operado por American Airlines, tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia debido a un problema mecánico que aún no ha sido revelado. Se cree que el aterrizaje de emergencia se debió a la explosión de un neumático del tren de aterrizaje.
Estos incidentes son un reflejo de una reciente investigación de la Administración Federal de Aviación (FAA) que reveló numerosos problemas de control de calidad tanto en Boeing como en su proveedor Spirit Aerosystems. Según el informe, Boeing tuvo un desempeño pobre en 33 de las 89 auditorías realizadas por la FAA, mientras que Spirit Aerosystems suspendió siete de las 13 auditorías correspondientes.
El New York Times también informó sobre otras fallas en los procesos de la compañía, como el uso de tarjetas de hotel para comprobar el sello de las puertas del avión o el uso de jabón líquido en lugar de lubricante.
En resumen, Boeing ha solicitado a las aerolíneas que operan el 787 Dreamliner que realicen inspecciones detalladas de los interruptores de la cabina después de que se haya conocido la posible causa del accidente durante un vuelo de LATAM. Estos incidentes han generado preocupación sobre los problemas de control de calidad en Boeing y su proveedor Spirit Aerosystems.
LB / Agencias
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