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¿RESIGNADOS? Franklin Virgüez percibe que tras la caída política de Juan Guaidó en Venezuela hay una sensación de acomodo de varios sectores con “la tiranía”

El actor venezolano Franklin Virgüez, reconocido por los múltiples personajes que interpretó en producciones venezolanas, telenovelas, películas, así como en el teatro y que ahora trabaja en proyectos en Estados Unidos, resaltó que en estos momentos percibe en Venezuela una sensación de acomodo por parte de diferentes sectores de la sociedad, a raíz de la caída de Juan Guaidó, figura en la que la oposición fijó sus esperanzas para hacer frente al régimen de Nicolás Maduro.

Intérprete en telenovelas icónicas como Pobre negro, Por estas calles o Cosita rica, así como en películas como Cangrejo, Domingo de resurrección o La casa del agua, el artista de 70 años se ha caracterizado por su firme postura crítica frente a la situación por la que atraviesa su país de natal, al denunciar la crisis del país, posición que, afirma, le ha obligado a decidir no venir a Venezuela, pues teme terminar en la cárcel o muerto.

“No voy porque si yo piso Venezuela a mí me joden. Porque yo he sido extremadamente radical en mi posición contra la tiranía. A lo mejor me matan, me meten preso. Yo he dicho en reiteradas ocasiones que no piso Venezuela mientras la tiranía esté en el poder”, expresó en una entrevista el actor que vive en Miami.

Señala lo que ha podido percibir conversando con gente que va y viene de Venezuela, “es que la decepción que produjo la caída política de Juan Guaidó fue tan grande y dolorosa para muchos que en el país lo que hay es un acomodo, sobre todo en la gente joven”.

Afirma que hay directores y artistas, que en un momento determinado fijaron una posición contra la tiranía, pero que en este momento lo que percibe de ellos “es un acomodo”. Señala que “no es que estén a favor de la tiranía, sino que sencillamente callan. Incluso jóvenes empresarios que ahora están enfocados en sus negocios y si tienen que negociar con algún sector de la tiranía para sobrevivir lo hacen”.

Por otra parte, manifestó que con María Corina Machado “hay una luz de nuevo”, como es el caso de gente que tiene que ver con los medios, quienes “simplemente están esperando a ver qué va a ocurrir”.

“Percibo que hay que sobrevivir, y si hay que guardar silencio y convivir con esta gente para sobrevivir, se convive. Eso es lo que percibo a distancia de mucha gente en este momento”, apuntó.

Virgüez dice que no llamaría cobardía a la postura que muchos han asumido. “Simplemente creo que están resguardándose porque en Venezuela quienes están en el poder no son democráticos”.

Virgüez ganó en julio su primer premio en el séptimo arte: el de Mejor Actor de Reparto del Festival del Cine Venezolano por su caracterización del coronel Lugo en el filme Simón, dirigido por Diego Vicentini.

La cinta, que se llevó la mayoría de los galardones principales del certamen y representará a Venezuela en los Premios Goya, se estrenó esta semana en las salas de cine nacionales. Cuenta la historia del joven estudiante Simón (Christian McGaffney), un líder de la resistencia que migra a Miami huyendo de la persecución del régimen y se debate entre regresar al país o pedir asilo mientras lo persigue el fantasma de la represión y la tortura que vivió en la cárcel.

El coronel Lugo tiene pocas escenas en Simón, las suficientes para infundir miedo y convertirse en una representación de la tortura y la represión. Virgüez no lo define como una persona chavista u opositora, para él no es más que un asesino frío y calculador. Un personaje que no cree en Dios, en nada. Cree en el poder de matar.

“La rabia y el odio que como ciudadano venezolano exiliado siento los trasladé al personaje. Yo me di cuenta, mientras filmábamos, de que este personaje es un asesino que está preparado para matar en silencio”, dijo sobre el personaje que interpretó.

El artista sueña con volver a respirar El Ávila y caminar en su natal Barquisimeto, que considera la ciudad más bella del mundo, pero expresa que esos lugares quedan solo en sus recuerdos y querencias, ante su imposibilidad de regresar al país, mientras siga «la tiranía».

Fuente: El Nacional