Luego de cumplirse 90 días de la intervención de la Cruz Roja, el presidente de la Junta Reestructuradora designada por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Ricardo Cusanno, ofreció un balance del proceso, en el que resaltó que consiguieron una institución “con profundas deficiencias en procesos”.
En ese sentudo, Cusanno explicó que se encontraron debilidades en términos de transparencia, auditoría, procesos financieros y capacidades de visión presupuestaria.
El expresidente de Fedecámaras, mencionó que también se hallaron irregularidades en la falta de ejecución administrativa y contable en cuanto a prácticas organizacionales.
Hizo referencia a la palabra “autogestión”, comúnmente utilizada en el movimiento, y la comparó con una “paternidad irresponsable”, ya que a su juicio implica dejar la responsabilidad en manos de otros sin brindar el apoyo necesario.
A pesar de estas deficiencias, Cusanno destacó el profundo compromiso del voluntariado de la Cruz Roja y su dedicación en el día a día, al respecto, precisó que han tenido en 90 días más de 300 reuniones con cada una de las personas que forman parte del movimiento en las regiones.
Cussano detalló que la reestructuración de la Cruz Roja tiene como objetivo “cuatro grandes líneas” que se deben cumplir en 12 meses y el primer paso es “construir espacios de integridad y dignidad para voluntarios y trabajadores”.
En la segunda línea trabajarán por los derechos y mecanismos de denuncias para los trabajadores. Además, crearán un control administrativo y visión estratégica de la organización.
Cussano indicó que el tercer objetivo es construir unos “estatutos modernos, que estén acordes con el momento”, ya que los que están en vigencia fueron creados en 1.986.
Aclaró que el nuevo estatuto no tendrá una visión de control, sino más bien una “visión estratégica, prospectiva” para que la institución sea “mucho más eficiente”.
El también abogado hizo énfasis en que la base electoral de la organización debe ser saneada, lo cual implicaría definir los perfiles y estándares del votante, “con un padrón electoral auditado, transparente, tienes el perfil del votante y luego llamas a unas elecciones y que la Cruz Roja tenga las autoridades que desea tener”.
Precisó que lo importante es que la organización tenga sus bases democráticas e institucionales robustas y que no sea cuestionada por nadie, recordando que el presidente anterior, Mario Villarroel, tenía 43 años en el cargo.
Además del expresidente de Fedecámaras, la Junta Reestructuradora de la Cruz Roja está integrada también por María Fátima Garcés, vicerrectora académica de la UCV; Alberto Vollmer, presidente de Ron Santa Teresa y fundador del Proyecto Alcatraz; Juan Simón Muñoz, médico cirujano; Rubén Limardo, esgrimista y medallista olímpico; Griswill Fonseca, médico ginecobstetra, y Jhoanna Pantoja Rodríguez, presidenta del Centro de Estudiantes de la Escuela de Enfermería de la Universidad Central de Venezuela.
El TSJ ordenó el viernes una “reestructuración amplia” de la Cruz Roja en el país y el cese en sus cargos de sus directivos, así como la constitución de una junta reestructuradora ad-hoc, tras denuncias de abuso a trabajadores y voluntarios.
Fuente: El Nacional
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