Producto de los combates entre el Ejército y el poderoso grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) que estallaron en Kabkabiya, Darfur del Norte el 15 de abril, murieron tres empleados del Programa Mundial de Alimentos.
La misión de la ONU informó sobre lo ocurrido en un comunicado, en el que fue condenada la situación que también cobró la vida de sus funcionarios.
«Condenamos enérgicamente los ataques contra el personal de Naciones Unidas», dijo el representante de la misión en Sudán, Volker Perthes.
Perthes extendió sus condolencias a las familias de las víctimas y ha manifestado su «extrema preocupación» por los «informes de proyectiles que golpean instalaciones de la ONU» durante los combates.
Detalló además que existen informes sobre el saqueo de instalaciones de la ONU y otras instalaciones humanitarias en varios lugares de Darfur, por lo que expresó que tales actos deben terminar porque obstaculizan la prestación de asistencia vital.
“La seguridad del personal y los contratistas es primordial. Cuando ocurren incidentes como este, son las mujeres, los hombres y los niños que necesitan asistencia desesperadamente los que más sufren”, expresó.
El representante de la ONU solicitó a las partes en conflicto “respetar sus obligaciones internacionales”. Igualmente, les pidió garantizar la seguridad del personal y de las instalaciones de la ONU.
Los enfrentamientos entre el Ejército y las FAR estallaron la mañana del sábado y, según el Comité Central de Médicos de Sudán, han dejado hasta el momento más de 50 civiles muertos y casi 600 heridos en todo el país.
Fuente: El Mundo
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