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¿MAGNATES DESPREOCUPADOS? Denuncian que Meta ignora las advertencias sobre los efectos dañinos de Instagram en adolescentes

El exempleado de Meta, Arturo Bejar, testificó este martes ante el Subcomité Judicial sobre Privacidad, Tecnología y Derecho del Senado de Estados Unidos y declaró que los dirigentes del gigante de redes sociales no prestan mucha atención a los efectos dañinos que sus plataformas pueden tener en los jóvenes usuarios.

Bejar se desempeñó como director de ingeniería de Facebook desde 2009 hasta 2015 y decidió dejar el cargo para pasar más tiempo con su familia, especialmente con su hija adolescente. A la menor, al igual que a muchos otros adolescentes, le gustaba pasar el tiempo en Internet, pero con frecuencia se encontraba con insinuaciones sexuales no deseadas, misoginia y acoso.

«Esto ha sido profundamente angustioso para ellos (los adolescentes) y para mí. Pero aunque los servicios de los medios sociales le permitieron vivir estas experiencias angustiosas, apenas le ayudaron a afrontarlas», criticó el exdirector de ingeniería de la red social. «Y su experiencia dista mucho de ser única», agregó.

De acuerdo con Bejar, cuando se marchó de la compañía creía que su equipo había desarrollado una serie de sistemas que garantizaban la seguridad, pero por el caso de su hija decidió volver a Facebook como asesor independiente.

«No fue una buena experiencia. Casi todo el trabajo que yo y mis colegas habíamos hecho durante mi anterior etapa en Facebook hasta 2015 había desaparecido. Las herramientas que habíamos creado para que los adolescentes recibieran apoyo cuando sufrían acoso o intimidación ya no estaban a su disposición», aseguró Arturo Bejar, indicando que los nuevos empleados no sabían sobre dichas herramientas y que la gerencia subestimaba los datos sobre los efectos dañinos en los usuarios.

Además, el 5 de octubre de 2021, el mismo día que la exingeniera de la empresa, Frances Haugen, testificó ante los senadores, Bejar envió un correo electrónico a Mark Zuckerberg y a otros altos dirigentes con las estadísticas que mostraban que en una semana el 13 % de los adolescentes, de entre 13 y 15 años, recibieron contenido sexual en Instagram.

Asimismo, los datos indicaban que más de la mitad de los usuarios de la red social vivió una experiencia negativa. Sin embargo, Zuckerberg no respondió al mensaje.

«Han pasado casi dos años desde que dejé Instagram y, tal y como están las cosas ahora mismo, no creo que nada vaya a cambiar», manifestó Bejar. «Durante todo este tiempo se ha perjudicado gravemente a los adolescentes, y los dirigentes han sido conscientes de ello, pero han optado por no investigar ni abordar los problemas», añadió.

Por su parte Meta en un comunicado, citado por AP, aseveró que su responsabilidad es «mantener a los jóvenes seguros en Internet». «Las cuestiones planteadas aquí en relación con las encuestas de percepción de los usuarios ponen de relieve una parte de este esfuerzo, y encuestas como estas nos han llevado a crear funciones como las notificaciones anónimas de contenidos potencialmente hirientes y las advertencias de comentarios. En colaboración con padres y expertos, también hemos introducido más de 30 herramientas para ayudar a los adolescentes y a sus familias a tener experiencias seguras y positivas en Internet. Todo este trabajo continúa», indicó.

Anteriormente, decenas de estados de EE.UU. demandaron a Meta, acusándola de diseñar e implementar deliberadamente funciones nocivas en sus plataformas Instagram y Facebook que provocan adicción en niños y adolescentes, fomentando así una crisis de salud mental juvenil en el país.

Desde 2021, varios medios estadounidenses han filtrado los resultados de estudios internos realizados por Meta, que revelaban que la compañía sabía de los efectos nocivos que Instagram puede causar en los adolescentes, especialmente en las niñas, en lo que respecta a su salud mental y la percepción de sus cuerpos.

Así, un estudio interno realizado entre adolescentes mostró que un 13,5 % de las menores pensaba que Instagram incrementa los deseos de suicidio, mientras que un 17 % consideraba que empeora los trastornos alimenticios.

LB / ART