China vive una situación crítica tras relajar su política cero covid-19, luego del caos social y protestas en contra de las restrictivas medidas sanitarias impulsadas por el presidente Xi Jinping.
Recientemente, el país asiático detectó una nueva variante de la enfermedad llamada BF.7, que ha disparado el número de contagios. Tan sólo este lunes, autoridades chinas confirmaron 2 mil 722 nuevos casos, principalmente en Beijing, que registró 456.
Esta situación hace prácticamente imposible un rastreo completo de la enfermedad, sobre todo porque el repunte de los casos ha puesto en jaque a los hospitales, con hasta 80 por ciento de su personal infectado.
BF.7 es la abreviatura de BA.5.2.1.7 y es un sublinaje de la variante Ómicron BA.5 de COVID-19.
De acuerdo con Manal Mohammed, profesora de la Universidad de Westminster, en Londres, BF.7 tiene una alta tasa de transmisión debido a lo que llama «propagación oculta», es decir, a que una gran cantidad de personas infectadas con la variante son asintomáticas.
Pese a que BF.7 ha sido detectada también en países como Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia y ahora España, el epidemiólogo Eric Feigl-Ding, ha alertado sobre el riesgo de esta variante, no sólo en China, sino en el resto del mundo, pues estima que más del 10 por ciento de la población mundial enferme en el transcurso los próximos 90 días.
Debido a que BF.7 es un sublinaje de Ómicron BA.5, sus síntomas son similares a los de otras variantes, entre ellos: fiebre, congestión nasal, mucosidad, fatiga, dolor muscular, cefalea, vómitos y diarrea.
Fuente: La Razón
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