Cada sábado, Álvaro Castillo acude al salón donde opera su academia, en la Iglesia Sobre La Roca, en la ciudad de Katy, a las afueras de Houston, Texas (Estados Unidos). Allí, desde hace ya dos años, más de 150 niños, niñas y adolescentes latinos reciben una formación musical, usando los mismos valores y métodos que el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela.
Para su director, quien precisamente proviene de las filas de esa fundación, el espíritu y los valores que guían su labor educativa son los mismos. Tanto así, que adoptó el nombre de El Sistema Texas, como si se tratara de un núcleo más de los varios que se encuentran a lo largo de Venezuela. Y bajo el mismo ideal de transformar la realidad de los jóvenes a través de la música, su escuela se ha convertido en un refugio para muchos migrantes, la mayoría venezolanos, que buscan adaptarse a su nuevo país.
«Hemos visto bastantes cambios más que todo a nivel cognitivo y social en los niños. Aquí llegan hablando español, se enfrentan a escuelas que son totalmente inglés, no tienen amigos y lo bonito es, aparte de la disciplina y todo el proceso musical, pues la adaptación y la comunidad que han hecho estos niños y sus padres», cuenta Carrillo en entrevista para El Diario.
Aunque en su academia estudian jóvenes de diferentes nacionalidades, al menos 130 de sus 150 estudiantes son venezolanos. También la mayoría de sus 40 profesores y colaboradores, quienes al igual que Carrillo, son egresados de El Sistema. Entre ellos su esposa, Rhomy López, quien es la gerente del programa orquestal; y su cuñado, Manuel López, parte del equipo fundador. “Tienen la esencia en su sangre. Prácticamente el modelo que estamos haciendo es idéntico al venezolano”, comentó.
Explicó que una de las diferencias que su “núcleo” tiene respecto a los de Venezuela está en el horario, ya que en Estados Unidos los niños suelen estar casi todo el día en la escuela. Esto hace que las prácticas no sean diarias, sino sabatinas. También en la flexibilidad de sus clases, adaptándose al ritmo y edad de cada estudiante.
Actualmente el Sistema Texas se divide en cuatro programas: el Coro Sinfónico Hispano Infantil y Juvenil; la Orquesta Sinfónica Preparatoria; la Orquesta Sinfónica Infantil y la Orquesta Sinfónica Juvenil.
Su organización ha llegado a tener el reconocimiento del propio Sistema de Venezuela, que lo invitó en 2023 a participar en un congreso en Caracas donde firmaron un acuerdo de cooperación. Carrillo aseguró que al estar compuesto casi en su totalidad por alumnos e instructores venezolanos hace de su “núcleo” algo único entre otros modelos similares que han surgido en los últimos años en diferentes países.
LB | El Diario
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