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¡¿MICHIS TRAS LAS REJAS?! En esta cárcel de EEUU adoptan a gatos para que los presos se hagan cargo de ellos

Las mascotas siempre han sido reconocidas por sus efectos terapéuticos en quienes les rodean. Desde hace varios años, una prisión de Indiana, EEUU, acepta gatos rescatados para la rehabilitación de presos.

Los amigos peludos pueden ayudar a reducir la ansiedad y la depresión, hacer que se sienta menos solo, mejorar su estado de ánimo e incluso reducir su presión arterial. Además, también son excelentes para ayudar a los delincuentes condenados.

En 2015, la Liga de Defensa Animal de Indiana comenzó el programa FORWARD en Pendleton Correctional Facility.

La idea es sacar gatos de un refugio y meterlos en un correccional, una prisión, para que los internos puedan cuidarlos. Además, salva las vidas de los propios animales, porque muchos de ellos probablemente serían sacrificados.

El programa mostró rápidamente el resultado: fue útil tanto para los convictos como para los animales.

Muchos gatos que ingresan en un refugio suelen tener un largo historial de sufrimiento y falta de tratamiento. Por lo tanto, los gatos no pueden socializar normalmente con las personas.

Es más difícil para un cuadrúpedo formar una familia. Necesitan atención al paciente antes de encontrar una familia permanente. Y este programa les da este amor y cuidado.

Los presos cuidan a los animales, los alimentan, los limpian, les cortan el pelo, los gatos se socializan más y confían más en las personas. El programa cuenta con la colaboración de siete reclusos seleccionados cuidadosamente por el personal de la prisión. Éstos realizan dos turnos para cuidar y atender a los gatitos de un horario de 7am a las 4:30pm.

No son solo los gatos los que se benefician del programa. Los presos pueden aprender a cuidar de un ser vivo y responsabilizarse de él.

“Los convictos me dijeron que cuando recibían un animal, era la primera vez que se permitían cuidar y amar a alguien”, dice Mali Stringer, director de la Liga.

La organización afirma que los animales enseñan a los convictos cómo interactuar en un grupo no violento, cómo usar métodos no violentos para resolver problemas, y también les da un amor infinito por los peludos. Algo que muchos convictos nunca supieron.

(LB/3B)