No es la primera vez que escandalosas prácticas con niños generan polémica en Brasil. Ahora, el Club de Caza y de Tiro Hunter, de Jataí (Goiás) tuvo que suspernder una de sus actividades después de una recomendación del Ministerio Público local, que consideró que este tipo de cursos contradicen el principio de protección integral de los derechos de los niños y adolescentes y su saludable desarrollo.
En una foto, tres menores apuntan un objetivo con una pistola de presión –conocida como ‘airsoft’– mientras les explican cómo disparar. En otra, varios están sentados en un banco sosteniendo un arma; en una tercera, aparece un podio con los mejores tiradores.
Las imágenes fueron publicadas –y después eliminadas– por sus autores tras un curso de entrenamiento de tiro infantil, que generó una ola de indignación. Muchas familias viven estos días angustiadas y conmocionadas tras sucesivos ataques contra escuelas. El más reciente ocurrió a principios de este mes, cuando un joven de 25 años asesinó brutalmente con un hacha a cuatro niños, de entre 4 y 7 años, en una guardería.
La Fiscalía explicó que, aunque los pequeños utilizaron armas de presión, la práctica «puede dañar su integridad psicológica, ya que aún no son lo suficiente maduros para tal manejo». Detalló que el tiro deportivo solo se permite a mayores de 14 años o menores de 18, con una autorización judicial. Los especialistas consideran que se trata de un incentivo al armamento y a resolver los problemas con violencia.
El club –que repudió cualquier forma de violencia y odio– argumentó que al tratarse de ‘airsoft’, lo ocurrido no supone ningún tipo de delito. También apuntó que el curso se realizó de forma «recreativa» y con autorización de los padres.
Bajo el lema del «pueblo armado jamás será esclavizado», Bolsonaro firmó desde su primer año de mandato en 2019 más de 30 resoluciones destinadas a facilitar la adquisición o porte de arma.
Una de las primeras medidas adoptadas por Luiz Inácio Lula da Silva al llegar al poder fue suspender nuevos registros de armas por parte de cazadores, tiradores y coleccionistas, y reducir los límites para la compra y sus municiones.
(LB/Agencias)
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