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Vista gorda, reducción de penas y no extradición: Las promesas de Álvaro Uribe y excomisionado de paz a insurgencias colombianas en 2004

Alrededor de una docena de audios, revelados recientemente por la Revista Raya, evidencian las acciones del expresidente colombiano, Álvaro Uribe Vélez (2002-2006/2006-2010), para bloquear las investigaciones de la Corte Penal Internacional (CPI) sobre delitos de lesa humanidad que perpetraron las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

Asimismo, exponen cómo los entonces jefes paramilitares temían ser extraditados y la intención que habría tenido el Comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, de utilizar la desmovilización en favor de la reelección presidencial de Uribe en 2006.

Los sonidos que ventila la Revista Raya (@revistaRAYA) corresponden a una reunión privada en la que participaron Restrepo y los comandantes paramilitares Salvatore Mancuso, Rodrigo Tovar Pupo -alias Jorge 40- y otros, en septiembre de 2004, en Santa Fe de Ralito, Córdoba. Los tres temas centrales de la conversación fueron el bloqueo a la CPI, la garantía de no extradición y la importancia de lograr un ambiente favorable para la reelección de Álvaro Uribe.

En julio de 2005 el Congreso colombiano aprobó la Ley de Justicia y Paz para amparar jurídicamente la desmovilización de los paramilitares. Un mes antes, la Federación Internacional de los Derechos Humanos (FIDH) denunció beneficios judiciales que recibirían los rebeldes. En uno de los audios se oye cómo Restrepo les dijo a los jefes paramilitares que estaba bastante tranquilo con el proyecto de Ley que se tramitaría en el Congreso, y con el cual bloquearían cualquier acción de la CPI en Colombia.

Restrepo llamó la atención a los jefes paramilitares y dijo que Uribe no podía modificar el tema de la extradición porque se convertía en un problema internacional para el gobierno en plena campaña electoral. Lo que sí les prometió fue que Uribe utilizaría la discrecionalidad presidencial para frenarla.

En una madrugada de mayo de 2008, Uribe los extraditó a EE. UU. para que respondieran solo por delitos de narcotráfico. Desde entonces las víctimas y los victimarios han expresado que lo que hubo fue una trampa para extraditar la verdad que aún guardan los excomandantes paramilitares.

LB / Revista Raya